El auge del feminismo ha propiciado que la industria de la animación adapte sus productos para corresponder las demandas colectivas de la sociedad, favoreciendo la emersión de protagonistas femeninas y sistematizando la inclusión de personajes racializados y LGTBIQ+. Esto podría suponer mayor visibilidad para las mujeres y estos colectivos, pero a veces surge como un envoltorio de marketing, donde prevalecen roles y sesgos de género. A través del estudio de datos cuantitativos y cualitativos de organizaciones especializadas del medio y el análisis de los discursos gráficos y de representación de grandes producciones animadas del s. XXI, se presentan evidencias de la relación entre la inclusión de mujeres creadoras en animación y las producciones exitosas con perspectiva de género, demostrando que tanto el feminismo como el purplewashing son realidades coexistentes en el presente y futuro de la animación.