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Editorial: Historia(s) de la animación


Antonio Horno López


María Lorenzo Hernández


Universitat Politècnica de València, Universidad de Jaén

Una cosa es contar historias con la animación, y otra, contar la historia de la animación. Preguntarse por sus procedimientos, sus posibilidades como lenguaje, reflexionar sobre sus orígenes, descubrir los momentos clave en los que el arte avanza, conocer fascinantes pioneros o sorprenderse con los nuevos talentos, son solo algunos de los deleites que aguardan a aquellos que se interesan en la animación como arte y como medio de expresión. La historia de la animación se ha convertido en materia de estudio académico, complementando aquellas especialidades de Grado, o Grados centrados exclusivamente en animación, que empiezan a proliferar en nuestra geografía.

Pero, ¿tiene sentido hablar del pasado a los estudiantes que se forman con las herramientas del presente y que serán los animadores del futuro? Absolutamente, sí. Nada puede ayudar más a un estudiante a descubrir su propio potencial, más allá de lo que la tecnología le puede ofrecer, que atender al modo en que pioneros como Winsor McCay, Lotte Reiniger o Ladislaw Starewicz creaban sus películas con los mínimos medios posibles. Y no solo eso: también les permite descubrir su innegable modernidad. Es por ello que un filme de hace 110 años como La venganza del cámara (Mest’ kinematograficheskogo operatora), con su estilo de comedia de enredo y sus insectos humanizados, aún puede hacer reír a carcajadas a esos mismos jóvenes a los que se suele culpar, quizá indiscriminadamente, de perder demasiado tiempo en TikTok.

Asimismo, es importante indagar en la propia historia de la animación para poder escribir esos capítulos desconocidos de nuestra cinematografía. Dicha Historia no puede consignarse sin el trabajo de filmotecas y restauradores, que invierten tiempo y recursos en recuperar y difundir filmes que se creían perdidos; así como de los investigadores que descubren a nuestros pioneros desconocidos. En este sentido, el presente número de la revista arranca con la Firma Invitada de Luciano Berriatúa e Isabel Benavides, responsables de la recuperación del color del filme Érase una vez… (José Escobar y Alexandre Cirici Pellicer, 1950), adaptación del relato de Perrault de La Cenicienta; un valiente proyecto que, en su momento, tuvo que lidiar con la competencia del gigante Disney, que obligó a variar el título del filme español para no interferir con el estreno de su Cenicienta. La restauración del filme de Escobar y Cirici, del que solo se conservaban copias en blanco y negro, ha requerido ocho años de dedicación y la colaboración de la Filmoteca de Catalunya, lo que ha permitido resolver uno de los más interesantes misterios de la animación española. Y es que, según Berriatúa en una reciente entrevista: “Siempre digo que a mí no me interesa la restauración de películas, lo que me interesa son los proyectos difíciles, descifrar enigmas” (Caimán CdC nº 173, diciembre 2022).

Como contrapunto, entre los contenidos de Investigación figuran, en primer lugar, “Animaciones traumatizadas. La imagen dialéctica benjaminiana en Flee (2021)”, de Álvaro Martín Sanz (Universidad Carlos III), texto que reflexiona sobre una de las más afamadas incursiones de la animación documental que llegó en 2021 a las puertas del Oscar® a la Mejor Película Extranjera. Le siguen: “Walt Disney y la fortaleza femenina: nuevas lecturas en torno al personaje de Cenicienta”, por Álvaro Cambra Sánchez-Gil (Universidad de Zaragoza); “Las bandas sonoras de los primeros anime. Estudio de las formas musicales de la animación japonesa entre las décadas de los 30 y los 50”, de Emilio José Cano Pérez (Universidad de Murcia); “La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira”, de Antonio Rivera Arnaldos (Universidad Carlos III); y “La configuración de la masculinidad en la saga Los Increíbles”, de Natividad Serena Rivera (Universidad de Córdoba). Como colofón, se incluye “Sueños De Tay-Pi. Redescubriendo la revista musical de animación”, de Álex Mendíbil (Universidad Camilo José Cela), programador de la Sala:B de la Filmoteca Española, un ensayo a propósito del tercer filme de la productora Balet y Blay, una de las más importantes factorías pioneras en la animación española.

En el último semestre del pasado año, la animación española se vistió de luto por la pérdida de tres importantes maestros en sus respectivos géneros. Destacamos en primer lugar a Enrique Cuéllar (1951-2022), dibujante de cómic y fundador de Tyrannosaurus Producciones, una empresa clave en el desarrollo de la llamada “escuela valenciana de stop-motion”, pionera en animación en plastilina para televisión. Seguidamente, el gran dibujante Eduardo Pelegrín Martínez de Pisón, más conocido como Calpurnio (1959-2022), dejaba huérfano al popular personaje de prensa El bueno de Cuttlas, que también conoció una importante difusión a través de varios cortometrajes y una estimable serie televisiva. Por último, nos dijo adiós el legendario productor Claudio Biern Boyd (1940-2022), figura realmente imprescindible para comprender el auge de la animación televisiva española entre los años 80 y 90 del pasado siglo.

Con A de animación ha renovado en 2022 el sello de calidad FECYT en la evaluación de la calidad editorial y científica de las revistas científicas españolas, por parte de la VIII Convocatoria de Evaluación de Revistas FECYT, la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, fundación pública dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. Para el conocimiento público, cabe señalar algunas métricas que sirven para respaldar la minuciosidad con que se determina qué contenidos de investigación serán publicados: en 2022 recibimos 35 artículos, de los que solo 11 han superado los procesos de selección del comité editorial y del comité científico para ser publicados en 2023. El arbitraje por “pares ciegos” —un proceso de lectura en el que se garantiza el anonimato de los autores de cada artículo, así como de sus evaluadores— es un sistema científico ampliamente consensuado, con el que se califican tanto el potencial de las ideas que presenta cada contenido, como la fiabilidad de la metodología de investigación empleada y la validez de los resultados y conclusiones obtenidas. Pero, con frecuencia, no dispondríamos de recursos humanos suficientes para esta labor si no fuera por los numerosos revisores voluntarios que acceden a ayudarnos, ofreciendo generosamente su punto de vista especializado sobre los diversos artículos que recibimos.

Es por ello que desde Grupo I+D+i Animación UPV agradecemos sinceramente la colaboración de todos los autores de los contenidos y evaluadores que han colaborado con este número, así como el interés mostrado por los investigadores de todo el mundo que han puesto en valor nuestra revista al remitirnos el fruto de su trabajo. Como siempre, también agradecemos el apoyo constante del Departamento de Dibujo de la Universitat Politècnica de València, el Máster en Animación UPV, Editorial UPV y Nau Llibres (Valencia), que hace posible la existencia de una publicación producida sin ánimo de lucro.

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