La comunicación de los trastornos mentales en la población juvenil es un reto que se presenta a las instituciones públicas y privadas debido al gran alcance que los trastornos mentales tienen entre la población juvenil (Costas-Pérez et al., 2023). Esta comunicación debe ir encaminada a concienciar a la sociedad, pero también debe servir para luchar contra estereotipos que se han enquistado en ella (López et al., 2008). El escenario actual nos plantea determinar cuáles son las herramientas necesarias para difundir mensajes conciliadores a los más jóvenes. En este estadio, nos planteamos si la animación, debido a su proceso creativo, puede posicionarse como el soporte adecuado para conseguir los dos objetivos marcados: concienciar para desestigmatizar. Siguiendo la teoría de González-Pacanowski y Medina-Aguerrebere (2009); Okan et al., (2016) y Vivas (2021) que aseguran que los recursos visuales y gráficos pueden mejorar la comprensión de este tipo de información al simplificar mensajes complejos, realizaremos un estudio de los cortometrajes de animación What’s Up With Everyone? (Aardman, 2021), con el objetivo de determinar cómo se construye el discurso narrativo y cómo los elementos audiovisuales son clave para conseguir comprender y empatizar con las personas que sufren de trastornos mentales. El análisis de estos cinco cortometrajes de animación nos permite afirmar que la animación logra, gracias a la creatividad y a la creación de universos imaginarios, conectar con la audiencia mediante la empatía, un requisito básico para despertar conciencias.