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EDITORIAL: ANIMACIÓN, EN TEORÍA


Antonio Horno López


María Lorenzo Hernández


Universitat Politècnica de València, Universidad de Jaén

animación / Editorial / Teoría de la animación /

A diferencia de la historia de la animación, que mira al pasado, la teoría de la animación puede abordar expectativas de futuro, proponer hipótesis y dibujar escenarios posibles a partir de los síntomas del presente. Con todo, cualquier recapitulación es difícil, puesto que la animación, un arte de base tecnológica, se desenvuelve en un contexto en permanente cambio, lo que supone un reto añadido a la teoría de la animación como disciplina de conocimiento. Actualmente, las IAs están trazando una situación tan prometedora como temible en numerosos aspectos de nuestra vida. Lo único que sí es seguro es que las IAs, como mucho antes el mecanismo del reloj, el robot o el ordenador, son modelos “animantes”, formas de vernos a nosotros mismos, de interpretar nuestra imaginación. Pronto no habrá certeza sobre la veracidad de las imágenes que nos desbordan a diario desde todos los medios: ¿han empezado ya ustedes a contar cuántos dedos tienen, para saber si están en el sueño o en la realidad?

La imagen de portada elegida para este número de CAA procede, empero, de una producción íntegramente humana, en todos los sentidos. El cortometraje Chimborazo (2022), dirigido por Keila Cepeda y realizado junto a Daniel Barrachina, Tatiana Santiago, Félix Loche, Tina Piñero, Ángel Povedano, entre otros colaboradores, y producido en el seno del Máster de Animación UPV, es uno de los recientes ganadores de los Premios Quirino 2023 de la Animación Iberoamericana, que trata, con inabarcable nostalgia, la vida de Baltazar Ushca, un personaje de otro tiempo, único hielero en activo que sigue buscando su medio de vida, y el de su pueblo, haciendo incursiones en un volcán de los Andes Ecuatorianos. La puesta en escena denuncia con tristeza los efectos del crecimiento urbanístico descontrolado, y por supuesto, los estragos del cambio climático, por lo que es más necesario que nunca reflexionar sobre estas pequeñas historias que provienen de la otredad. El cortometraje, de corte casi documental, es también una sagaz muestra de la belleza de la animación dibujada y del stop-motion realizado con marionetas planas. En un panorama tan poco prometedor para la pervivencia del género humano, es asimismo inevitable reprimir otro pensamiento: el de que quizá, en tan solo unos pocos años, todos los animadores seamos como el hielero del Chimborazo; seres de otra época.

Frente a la preeminencia de la máquina, el factor humano es lo único que puede redimirnos. De manera sensible y consciente, los doctores Jorgelina Orfila y Francisco Ortega-Grimaldo, de la Texas Tech University (EEUU), nos han brindado su Firma Invitada: “Siento luego existo: animación stop-motion en el contexto de la ética del cuidado”. A partir de las reflexiones de Heidegger, el artículo documenta los Animation-Making Workshops o talleres de animación stop-motion que los autores destinan a grupos en situación de vulnerabilidad —especialmente a niños y jóvenes con diversos grados de TEA—, creando experiencias que les estimulan a entender el mundo material a través de su interacción con los objetos, su tacto y su experimentación con el tiempo animado.

Entre los contenidos de Investigación figura, en primer lugar, “Hacia una fenomenología de la animación para la investigación interdisciplinaria”, de Víctor Francisco Casallo Mesías (Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Perú), donde el autor esclarece aquellas potencialidades intrínsecas de la animación que definen cómo es percibida por los espectadores. Le sigue “La plasmaticidad Eisensteiniana. ¿Pasado, presente o todo lo contrario?”, por Maria Pagès (Universitat Politècnica de Catalunya) y Marina Rof (Universitat Pompeu Fabra), un texto que recupera las apreciaciones de Sergei Eisenstein sobre la animación y su potencialidad para representar la transformación. Delicia Aguado-Peláez y Patricia Martínez-García (Aradia Coop y Celsius 233, Estudios culturales) presentan el estudio “Arcane: Una distopía para (re)pensar caminos hacia la revolución”, en torno a la rompedora producción de Netflix que fue considerada la mejor serie de animación de 2021. Como no podía faltar en CAA un contenido dedicado al anime, en este caso se trata de un análisis estadístico de su iconografía para publicidad: “Variables que intervienen en la interpretación y aceptación de elementos de la narrativa de las series anime en las campañas publicitarias en España”, de Alfonso Freire Sánchez, Jesús López-González y Sara Carrasco García (Universitat Abat Oliba CEU). El número termina con una mirada hacia la animación como un espacio para el arte: “Límites difusos y horizontes expandidos. Convergencias entre animación experimental y arte contemporáneo”, de Tania Castellano San Jacinto (Universidad de La Laguna).

El 17 de marzo de 2023, a la avanzadísima edad de 95 años, fallecía uno de los grandes de la animación mundial: el belga Raoul Servais. Su filmografía cuenta con cortometrajes tan trascendentales como Chromophobia (1966) —del que Yellow Submarine (George Dunning, 1968) es claramente deudor— o la misteriosa Harpya (1979), triunfadores en cientos de festivales de primer orden; así como con un largometraje mixto de imagen real y animación, Taxandria (1994), para el cual desarrolló durante más de una década una técnica de animación de su invención: la “Servaisgrafía”. Servais, que nació en Ostende en 1928, fue testigo ocular de muchos de los horrores del siglo XX: afirmaba haberse criado junto a refugiados de la Guerra Civil Española y otros europeos que padecieron la ascensión del fascismo; él mismo padeció la invasión de su propio país. Raoul Servais, sin embargo, se convirtió en el paradigma del artista-animador: una persona formada en artes, que se interesa en la animación como un medio para contar historias. Y las suyas, desde las más luminosas hasta las más desconcertantes, están teñidas por una considerable inquietud. Uno de sus primeros trabajos, De valse noot (La nota falsa, 1963), retrata a un organillero de la calle, un artista desactualizado, un ser inservible en una sociedad donde proliferan los tocadiscos y las rockolas, pero ya nadie escucha música. Una de las mejores compilaciones que existen de la obra de este director de culto fue la publicada por el Festival Internacional de Cine de Huesca en 2011: Raoul Servias. Integral de cortometrajes, coordinada por Orencio Boix y con estudio crítico de Sara Álvarez.

CAA ha renovado en 2023 el sello de calidad FECYT en la evaluación de la calidad editorial y científica de las revistas científicas españolas, por parte de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, institución pública dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Desde el Grupo I+D+i Animación UPV agradecemos sinceramente la colaboración de todos los autores de los contenidos y evaluadores que han colaborado con este número, así como el interés mostrado por los investigadores de todo el mundo que nos remiten lo que mejor saben hacer: escribir sobre animación. Como siempre, también agradecemos el apoyo constante del Departamento de Dibujo de la Universitat Politècnica de València, el Máster en Animación UPV, Editorial UPV y Nau Llibres (Valencia), que hace posible esta publicación.

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