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Quien hace unos años se lanzara a animar figuras de plastilina como método para dar rienda suelta a su imaginación, y con mucho tesón llegara a levantar nada menos que el Goya al mejor cortometraje de animación en 2007 (por El viaje de Said), nos presenta ahora una historia conmovedora sobre un hombre capaz de escuchar el sufrimiento social, con un poder de audición que va mucho más allá de lo humanamente posible. El realizador y profesor de cine Coke Rioboo vuelve a poner el dedo en la llaga con El Ruido del Mundo, gracias a una inmejorable animación en plastilina sobre cristal y a una profunda banda sonora, en un cortometraje que está triunfando en festivales internacionales a la vez que cosecha estupendas críticas.
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